Líderes inspiracionales, perfiles empresariales imprescindibles en tiempos de coronavirus.

características líder inspiracional

Líderes inspiracionales, perfiles empresariales imprescindibles en tiempos de coronavirus.

Hasta ahora, la figura de líder en una organización solía recaer sobre el CEO o puestos de gran relevancia vinculados a la dirección. Pero la actualidad nos está llevando a dibujar un nuevo escenario donde el distanciamiento social y el teletrabajo han dejado de ser una opción para convertirse en un “must”.

Cada vez son más los perfiles profesionales en todos los niveles de una organización llamados a liderar el cambio necesario para estar a la altura de miras en tiempos de coronavirus.

De esta forma, los equipos deberán ser fluidos y las personas son las que tomarán la delantera. Para ello, serán necesarios profesionales con habilidades de liderazgo. Estos deberán principalmente crear e inspirar a equipos multidisciplinares, fomentando un ambiente colaborativo.

Siempre se ha dicho que en tiempos difíciles surgen las mejores ideas y es precisamente ahora cuando los líderes deben tener la valentía de llevar a la empresa y sus equipos a otro nivel. Por ello, enumeramos a continuación una serie de características intrínsecas que todo buen líder debe tener presente en su día a día.

 

5 características clave que debe tener un líder para ser inspiracional:

 

  1. Valentía

    “No hay tiempo para perder el tiempo”. En momentos difíciles, no nos podemos permitir paralizarnos. Es hora de tomar decisiones y dar respuestas audaces en el menor tiempo posible. Un bloqueo temporal a la hora de coordinar a un equipo, puede resultar fatal para la organización, ya que la inspiración, creatividad y motivación de las personas pueden verse mermadas si no hay una figura fuerte que tome el rumbo y marque una dirección. El liderazgo es acción.

 

  1. Talento

    El talento debe ser el activo más preciado en cualquier empresa. El poder, ahora más que nunca, recae sobre las personas, y no tanto en el producto o servicio. Es por ello que un buen líder debe reconocer el talento dentro de su equipo y, especialmente, incentivarlo. Aportar confianza al equipo y empoderar a cada uno de sus integrantes es sinónimo de éxito empresarial.

 

  1. Escucha empática

    Como comentábamos en el punto anterior , primero están las personas, y después el negocio. Para poder aplicar este dogma, hacen falta líderes empáticos.  No se trata de imponer una visión, sino de observar el entorno, analizar a las personas y coordinar al equipo, aportándoles un clima seguro de trabajo. Un alto grado de empatía podrá acelerar el crecimiento de la empresa. La mejor forma de materializar este requisito imprescindible en un buen líder inspiracional, es creando canales de comunicación que fomenten la conversación con cada uno de los miembros del equipo. Se debe entender la situación de cada uno, comprender y valorar sus ideas.

 

  1. Comunicación

    Para que el liderazgo tenga éxito, debe sostenerse sobre un plan de acción. Para ello, la persona encargada de llevarlo a cabo, necesita comunicar la situación de la organización, así como las metas y objetivos a conseguir, de una manera clara, evitando a toda costa malentendidos. La comunicación, por tanto, debe ser fluida, constante y veraz.

 

  1. Perfil multidisciplinar

    Un líder inspiracional debe fomentar diferentes facetas, entre ellas: habilidades creativas y de diseño, competencias digitales, soft skills (habilidades sociales), habilidades tecnológicas… Para ello, la formación constante debe ser una premisa en este tipo de perfiles que, en la medida de lo posible, deben conocer las últimas herramientas y metodologías que influyan positivamente en el desarrollo empresarial, sin tener miedo al cambio y abrazando la transformación de la organización.

 

¿Qué otras características y cualidades crees que debería tener un buen líder para considerarse inspiracional? ¿Te reconoces en alguna de las descritas? ¿Hay otras que crees que deberías fomentar más? La clave, tal como hemos enfatizado, está en centrarse en las personas, entender el capital humano como la principal fuente de valor para una organización. Partiendo de esa base, todo fluye con mayor facilidad.